viernes, 15 de abril de 2016

Mantequilla tres cuartos Carrefour

Cuando puedo, me gusta cambiar de establecimiento en el que hago la compra, para variar un poco. Esta vez voy a un Carrefour. Entre otros productos de alimentación quiero comprar mantequilla. A mí me gusta la salada. Frente a la vitrina de lácteos, no me dan ocasión de dudar mucho sobre qué marca comprar porque, entre tantas margarinas, tulipanes, mantecas fáciles de untar y otros sucedáneos, en este supermercado, parece que solo tienen una mantequilla de verdad que sea salada: la de la propia marca del comercio. Compro esa.

Al día siguiente de adquirirla, para desayunar, la unto sobre una tostada y la pruebo. Pero, vamos a ver, ¿qué especie de puta mierda es esta grasa untable? Esto no es mantequilla de verdad ni de coña. Voy a mirar los ingredientes: contiene mantequilla, sí, pero además, todo tipo de otras mierdas. Considero que vender bajo el nombre de "mantequilla" este simulacro no puede ser legal. Compruebo el nombre del producto en su envoltorio. Cojones. No pone MANTEQUILLA. Pone MANTEQUILLA TRES CUARTOS. Abrumado por la sobredosis de elecciones que supone realizar una compra de alimentos ayer deduje erróneamente que lo de "tres cuartos" aludía a su cantidad. Tres cuartos de qué sé yo, de alguna medida rara cuya equivalencia en gramos la mayoría de los consumidores no tenemos clara: en onzas o libras o alguna movida rara así. Pues no. Lo de "tres cuartos" no se refiere a su cantidad. Se refiere a que solo tres cuartos de esa grasa es mantequilla. Lo demás es todo tipo de asquerosidades que le otorgan aspecto y sabor de cualquier cosa menos de mantequilla. "Mantequilla tres cuartos". Vaya huevos.

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